El término identidad puede hacer referencia a:
La identidad como la distinción de cualquier tipo entre cualquier persona, animal o cosa y sus semejantes.Se refiere al ente que existe como idéntico a sí mismo en el tiempo y el espacio, una noción del “ser en sí”.
La identidad como una cualidad del “ser para sí”, sólo válido para las personas los grupos, es decir, involucra el entorno, la historia y la voluntad, no es una característica dada sino que es potencial a desarrollar y está referida a modos de existencia.
También puede referirse a la conciencia de ser uno mismo.
La identidad como la distinción de cualquier tipo entre cualquier persona, animal o cosa y sus semejantes.Se refiere al ente que existe como idéntico a sí mismo en el tiempo y el espacio, una noción del “ser en sí”.
La identidad como una cualidad del “ser para sí”, sólo válido para las personas los grupos, es decir, involucra el entorno, la historia y la voluntad, no es una característica dada sino que es potencial a desarrollar y está referida a modos de existencia.
También puede referirse a la conciencia de ser uno mismo.
Identidad cultural
Identidad cultural es el (sentimiento de) identidad de un grupo o cultura, o de un individuo, en la medida en la que él o ella es afectado por su pertenencia a tal grupo o cultura.
Está dada por un conjunto de características que permiten distinguir a un grupo humano del resto de la sociedad y por la identificación de un conjunto de elementos que permiten a este grupo autodefinirse como tal. La Identidad de un pueblo se manifiesta cuando una persona se reconoce o reconoce a otra persona como miembro de ese pueblo. La identidad cultural no es otra cosa que el reconocimiento de un pueblo como "si mismo".
Identidad cultural es el (sentimiento de) identidad de un grupo o cultura, o de un individuo, en la medida en la que él o ella es afectado por su pertenencia a tal grupo o cultura.
Está dada por un conjunto de características que permiten distinguir a un grupo humano del resto de la sociedad y por la identificación de un conjunto de elementos que permiten a este grupo autodefinirse como tal. La Identidad de un pueblo se manifiesta cuando una persona se reconoce o reconoce a otra persona como miembro de ese pueblo. La identidad cultural no es otra cosa que el reconocimiento de un pueblo como "si mismo".
Construcción de la identidad cultural
Características e ideas comunes pueden ser claras señales de una identidad cultural compartida, pero esencialmente se determina por diferencia: sentimos pertenecer a un grupo, y un grupo se define a sí mismo como tal, al notar y acentuar las diferencias con otros grupos y culturas. Cualquier cultura se define a sí misma en relación, o más precisamente en oposición a otras culturas. La gente que cree pertenecer a la misma cultura, tienen esta idea porque se basan parcialmente en un conjunto de normas comunes, pero la apreciación de tales códigos comunes es posible solamente mediante la confrontación con su ausencia, es decir, con otras culturas. En breve: si piensas que eres parte de la única cultura existente, entonces no te ves como parte de una cultura.
Sin embargo, la concepción de identidad es para muchos motio de vergüenza y desconocimiento de sus raíces. De esta manera la dinámica de la auto-definición cultural implica un continuo contacto entre culturas. Más aún, esas relaciones nunca son de igualdad, dado que nunca se manifiestan de manera aislada: la complicada red de relaciones creada por la superposición de relaciones políticas, económicas, científicas y culturales, convierte cualquier relación entre dos culturas en una relación desigual. Siempre hay una cultura dominante, o una práctica cultural dominante (la cultura A puede ser, por ejemplo, dominante en literatura, y la B en cine).
El carácter desigual de las relaciones interculturales, es decir, el hecho de que la construcción de la identidad está ligada a relaciones de poder desiguales, implica que la construcción de la identidad pueda considerarse ideológica: al establecer su identidad, una práctica cultural construye, reproduce o subvierte los intereses sociales y las relaciones de poder.
El hecho mismo de que dentro de una cultura o práctica cultural exista la conciencia de una identidad común, implica que también hay un impulso hacia la preservación de esta identidad, hacia la auto-preservación de la cultura. Si la identidad es construida en oposición a los extraños, las intrusiones de otras culturas implican la pérdida de autonomía y por lo tanto la pérdida de identidad. Las convenciones compartidas en las que se basa una identidad son frecuentemente implícitas. Para que el funcionamiento interno de una cultura sea posible, ciertas reglas básicas y significados que subrayan su producción son generalmente dadas por hecho por los participantes. Este todo estructurado (pero plural y dinámico) de presuposiciones es lo que llamamos "doxa". De manera similar a la manera en la que la presuposición de una declaración lingüística ("¿Cuándo dejaste de golpear a tu esposa?") no puede ser objetada (puedes contestar "nunca pare" pero no "nunca la golpee" a menos que llames al otro mentiroso), la doxa de una cultura determinada no puede ser objetada (haciéndola en el proceso explícita, en tanto su eficiencia descansa en su carácter implícito) sin desafiar la legitimidad auto-evidente de la cultura y sus productores.
Características e ideas comunes pueden ser claras señales de una identidad cultural compartida, pero esencialmente se determina por diferencia: sentimos pertenecer a un grupo, y un grupo se define a sí mismo como tal, al notar y acentuar las diferencias con otros grupos y culturas. Cualquier cultura se define a sí misma en relación, o más precisamente en oposición a otras culturas. La gente que cree pertenecer a la misma cultura, tienen esta idea porque se basan parcialmente en un conjunto de normas comunes, pero la apreciación de tales códigos comunes es posible solamente mediante la confrontación con su ausencia, es decir, con otras culturas. En breve: si piensas que eres parte de la única cultura existente, entonces no te ves como parte de una cultura.
Sin embargo, la concepción de identidad es para muchos motio de vergüenza y desconocimiento de sus raíces. De esta manera la dinámica de la auto-definición cultural implica un continuo contacto entre culturas. Más aún, esas relaciones nunca son de igualdad, dado que nunca se manifiestan de manera aislada: la complicada red de relaciones creada por la superposición de relaciones políticas, económicas, científicas y culturales, convierte cualquier relación entre dos culturas en una relación desigual. Siempre hay una cultura dominante, o una práctica cultural dominante (la cultura A puede ser, por ejemplo, dominante en literatura, y la B en cine).
El carácter desigual de las relaciones interculturales, es decir, el hecho de que la construcción de la identidad está ligada a relaciones de poder desiguales, implica que la construcción de la identidad pueda considerarse ideológica: al establecer su identidad, una práctica cultural construye, reproduce o subvierte los intereses sociales y las relaciones de poder.
El hecho mismo de que dentro de una cultura o práctica cultural exista la conciencia de una identidad común, implica que también hay un impulso hacia la preservación de esta identidad, hacia la auto-preservación de la cultura. Si la identidad es construida en oposición a los extraños, las intrusiones de otras culturas implican la pérdida de autonomía y por lo tanto la pérdida de identidad. Las convenciones compartidas en las que se basa una identidad son frecuentemente implícitas. Para que el funcionamiento interno de una cultura sea posible, ciertas reglas básicas y significados que subrayan su producción son generalmente dadas por hecho por los participantes. Este todo estructurado (pero plural y dinámico) de presuposiciones es lo que llamamos "doxa". De manera similar a la manera en la que la presuposición de una declaración lingüística ("¿Cuándo dejaste de golpear a tu esposa?") no puede ser objetada (puedes contestar "nunca pare" pero no "nunca la golpee" a menos que llames al otro mentiroso), la doxa de una cultura determinada no puede ser objetada (haciéndola en el proceso explícita, en tanto su eficiencia descansa en su carácter implícito) sin desafiar la legitimidad auto-evidente de la cultura y sus productores.
CONCEPTO PEDAGÓGICO
1. Concepto claro y nítido de uno mismo.
2. Componente del concepto que uno tiene de sí mismo; que se caracteriza por la conciencia persistente de ser uno mismo, separado y diferenciado de los demás.
3. Calidad de ser completamente igual o muy parecido.
4. Conjunto de caracteres o circunstancias que permiten reconocer algo o alguien sin confusión con otro.
5. Igualdad matemática en la que los dos miembros toman valores numéricos iguales para todo el sistema de valores atribuidos a las variables. identidad de grupo.
De género
1. Convicción íntima y personal que tiene un individuo de pertenecer a un sexo dado, masculino o femenino. (Sinónimo: identidad sexual).
De grupo
1. Características sociales compartidas que se desarrollan en los miembros de un grupo, como la visión del mundo, el lenguaje, el sistema de valores y la ideología.
Sexual
1. Convicción interna de una persona acerca de ser varón o mujer.
Social
1. Conciencia que tiene un individuo de pertenecer a uno o varios grupos sociales o a un territorio y significación emocional y valorativa que resulta de ello.
1 comentario:
Muy bien. La entrada es correcta.
Publicar un comentario